La tarima flotante es un material muy confortable, versátil e higiénico. Por ello, es una de las mejores opciones para el suelo de nuestra casa, esto hace que sea muy utilizada tanto en reformas como en obra nueva.
Esta semana os traemos algunos consejos para que cuides correctamente la tarima, de tal forma que maximices su vida útil en perfecto estado y no se estropee en poco tiempo.
Debido a que la madera es un material orgánico, debemos poner un especial cuidado en su limpieza y tratamiento. Este material es extremadamente sensible a los cambios de temperaturas y si tenemos la tarima en algún punto exterior, la humedad y los rayos del sol nos obligan a aumentar las precauciones a tomar.
Para que la suciedad y el polvo del día a día no se vayan acumulando en la tarima, lo más aconsejable es limpiarla muy a menudo, independientemente de que sea parquet o tarima flotante. Con pasar un trapo seco o una mopa será suficiente, aunque si el suelo está muy sucio será necesario echar mano de la aspiradora con el accesorio adecuado para evitar rayar la superficie.
Cada cierto tiempo también es recomendable fregar dentro de los cuidados de la tarima. Pero con este tipo de suelo asegúrate de no emplear demasiada agua, esto es, escurriendo muy bien la fregona o el trapo que utilices antes de pasarlo. Puedes añádele productos específicos en las cantidades que indique el fabricante. Si por algún motivo, no tienes ningún producto de este tipo, también puedes utilizar un poco de vinagre disuelto en el agua.
Otros consejos:
- Coloca protectores de fieltro en las patas de las sillas, muebles y mesas para que no se raye la madera al moverlos.
- Pon un felpudo en la entrada de tu casa para que acumule el polvo del exterior y de los zapatos que entran. Es habitual que la tarima se pueda dañar con piedras pequeñas o con otras partículas sin darnos cuenta.
- La madera necesita alrededor de 50 o 60º de humedad y una temperatura ambiente de 20º para conservarse correctamente. En función de la ubicación del inmueble puede ocurrir que, en las zonas más secas, durante invierno con la calefacción y en veranos con las altas temperaturas y el aire acondicionado, no se alcanzan estos baremos, por lo que es recomendable utilizar un humidificador en esta época, mientras que en zonas muy húmedas requieran de un deshumidificador para reducir el nivel de humedad del ambiente.
Finalmente destacamos que, desde hace algún tiempo, entre los cuidados de la tarima más importantes encontrábamos el encerado, pero actualmente este tipo de material ya viene barnizado y protegido para durar un largo tiempo.
Como conclusión podemos afirmar que este es un material muy cómodo porque no requiere de muchos cuidados y ofrece múltiples posibilidades en cuanto a formas y acabados en diferentes tipos de madera, además de fácil de colocar y muy duradero. Si bien es cierto, también debemos tener en cuenta que, al tratarse de madera, el mayor riesgo esta en los arañazos y en un exceso de agua.
