La seguridad en el hogar es un capítulo importante que nos preocupa a todos. Necesitamos sentirnos seguros en casa y esto pasa necesariamente por elegir una puerta de entrada a prueba de intrusos. Por eso, conviene tener claros algunos aspectos antes de elegir qué puerta poner en el acceso a nuestra vivienda. Por ejemplo la seguridad ante ataques exteriores, el aislamiento y la estética.
Las puertas para la entrada más frecuentes:
– Puertas de seguridad. Aunque eran las que más se instalaban hace unos años, la preocupación por los robos las ha ido relegando, sino al olvido, sí a un uso poco común. Son las más económicas, pero también las menos seguras. Hoy es más habitual instalar puertas blindadas o acorazadas.
– Puertas blindadas. De madera, reforzadas con dos planchas de acero. Resultan bastante eficaces contra el taladro de los ladrones, pero no contra la palanca, ya que el marco de la puerta es de madera. Sin embargo, suelen incorporar bloqueo por los cuatro costados; es decir, cuando se gira la llave, la puerta queda bloqueada por los cuatro lados: arriba y abajo, en el lado de las bisagras y en el de la cerradura.
– Puertas acorazadas. Más seguras y menos vulnerables que las anteriores, están reforzadas con chapas de acero. Pero, además, el cerco o marco es de hierro macizo para que la puerta sea eficaz ante la palanca. A la hora de elegirla, no hace falta que tenga muchos puntos de anclaje. Si tiene pocos puntos, pero éstos entran más adentro en el marco será una puerta muy segura. También es importante que el marco cubra la hoja por el exterior.
Además hay que tener el cuenta otros elementos como las cerraduras, las bisagras (deben ser resistentes), o los pivotes antipalanca.
Todos estos factores incidirán de forma directa en el coste de la puerta, pero hay que tener presente que la seguridad tiene un precio.