Una puerta de madera añade un toque único a la entrada de un hogar, ya que el encanto que poseen es difícil de reemplazar. Tanto si queremos vender una propiedad nuestra como si queremos darle nuestro toque personal, la primera impresión que reciba alguien al ir a ver nuestra casa va a ser siempre la puerta. Puede ser sobria o llamativa, de colores más o menos intensos, pero siempre va a reflejar nuestro estilo.
-Puertas de madera sólida:
Añaden el afecto y la belleza asociados con la madera, ya sea de cerezo, roble, nogal, arce o caoba. Se venden ya con su propio acabado: si no tenemos experiencia en pintar y barnizar este tipo de materiales, esta es la opción ideal (aunque si tenemos tiempo, ¡puede ser un buen proyecto para este año que entra!).
Los beneficios incluyen la seguridad y confianza que nos dan, asociadas al peso que suelen tener este tipo de puertas, frente a otras construidas con otros materiales, así como el tener una puerta única, al no haber dos iguales, debidas a su propia naturaleza y cómo se construyen.
-Puertas de madera con cristal:
Una preocupación habitual con este tipo de puertas es la eficiencia energética, la cual es fácilmente alcanzable usando los materiales adecuados (cristal de doble paneles, por ejemplo).
La gran ventaja que tiene este tipo de puertas es que atrapa más la vista, en un vistazo superficial, ya que éste puede estar decorado o formar formas y figuras geométricas, dependiendo de nuestras preferencias y el estilo que elijamos.